
LAS ELECCIONES DE TAIWÁN
¿Por qué ha habido tanta expectación en torno a las elecciones en Taiwán?
Taiwán, que es una pequeña isla de en torno a 25 millones de habitantes en el Pacífico, al sur de Okinawa, ha tenido al mundo expectante durante las últimas semanas, ¿por qué?
Para entender las razones es necesario bucear en las últimas décadas de su historia. Cuando en 1949 Mao Zedong proclama en Pekín que la China milenaria se convertía en un bastión del comunismo, los últimos restos del Guomindang, el Partido Nacionalista Chino opuesto al Comunista, se veía obligado a replegarse hacia la isla de Taiwán con la idea de reorganizarse y en el futuro lanzar un nuevo ataque. Chiang Kai-shek, el líder nacionalista que había plantado cara al comunismo, se veía obligado a aceptar su derrota. La ofensiva nunca se produjo y creó en la isla una situación peculiar: ¿seguía siendo Taiwán la depositaria del legado chino histórico? ¿Pertenecía al continente o era independiente? ¿Por qué la China comunista tampoco intervino la isla?
Sea como fuere, el tiempo fue pasando y tanto la República Popular de China, o simplemente China, y la República de China, o Taiwán como se la conoce de forma común, fueron centrando sus políticas en el desarrollo interno, dejando de lado relativamente las políticas externas con respecto a sus vecinos. Para complicar más las cosas, Taiwán se acercó diplomáticamente a los Estados Unidos y al Vaticano, lo que la posicionó de forma clara contra su vecina comunista.
Hasta aquí el pequeño apunte histórico, pero ¿qué está pasando ahora en la isla?
El Partido Progresista Democrático, encabezado por Lai Ching-te, quiere mantener la realidad de ese rincón del mundo inalterada, es decir, que Taiwán siga siendo independiente y sean los isleños los que decidan al margen de Pekín. Es un partido de centro izquierda con elementos verdes en su seno que busca la independencia total política del continente y afianzar sus políticas diplomáticas y de comercio con los Estados Unidos.
El Partido Nacionalista, el Guomindang del que hablábamos antes, encabezado por el expolicía Hou You-yi, para sorpresa de la historia, piensa que China está asumiendo a nivel global un papel tan importante y clave que Taiwán debería replantearse la reunificación con el continente y participar de las políticas de China.
Ironías de la historia que el partido que históricamente hizo la guerra al comunismo sea ahora el abanderado de su unión. El partido es de centro derecha, pero aboga por ese acercamiento con el Partido Comunista Chino;
¡Si Mao y Chiang levantaran la cabeza!
El Guomindang está intentando a la desesperada la reunión de apoyos entre los jóvenes descontentos de la isla. La realidad es que muchos taiwaneses han estado algo confusos con Hou, puesto que no se ha pronunciado de forma clara a la idea de independencia o unión con China.
Como novedad, en este ya complicado tablero, ha sido la aparición del Partido Popular de Taiwán que, a pesar de su nombre, es de tintes nacionalistas, liberales y de centro izquierda. Su líder, el popular ex alcalde de Taipéi Ko Wen-je, cirujano de profesión, es el que aúna todo el voto tecnócrata de la isla. Ko ha comparado en varias ocasiones las relaciones China-Taiwán con un cáncer de próstata, por su complejidad y difícil solución.
A este escenario político, habría que sumar las cada vez más frecuentes maniobras militares chinas en aguas de Taiwán y las insinuaciones de Xi Jinping, presidente de China, de que, para el centenario de creación de la China Comunista, el país debería volver a reunificarse, incluyendo Taiwán, Hong Kong y Macao de forma total.
Desde Washington muchas son las voces que proclaman la intención China de invadir militarmente la isla, lo que produce entre la población una sensación de plebiscito entre guerra y paz en las urnas.
El pasado 13 de enero, con un 40% de los votos favorables, Lai Ching-te y su Partido Progresista Democrático ganó las elecciones, seguido de cerca por Hou You-yi con un 33,4% de los votos. En tercer lugar, quedó Ko Wen-je con un 26,4% de votos favorables. Una situación que no esclarece en absoluto el futuro de la isla.


